Crónicas del Ecce Homo

MURPHY, WANTED!

Un motorista parado cerca de una rejilla de la cloaca urbana trata de introducir la llave en la cerradura de contacto de su vehículo. El utensilio penetra en ángulo impropio, resbala de la mano del motorista, golpea la base de su scooter, rebota hasta el asfalto y se desliza hacia la rejilla donde se balancea unos microsegundos entre barra y barra de metal antes de precipitarse a las fétidas honduras.

Una muchacha baja las escaleras de su casa silbando una tonadilla pajaril con espontánea euforia matinera. La fregona de la portera, descansada en la pared, pierde casualmente el punto de apoyo y golpea la espinilla de la gacela justo en el instante en que ésta iba a salvar el último escalón. La chica cae de bruces, el mango de la fregona arrastrado por la pierna asaltante arrastra el cubo de agua sucia que baña el suelo sobre el que yace, gimiente, la siniestrada. La moza se levanta hecha unos zorros y llena de magulladuras que médicos, policías, periodistas y colectivos ecologistas varios —incluida la Iniciativa para la Supresión de la Caza del Zorro en Cataluña— proclaman signos evidentes de violencia machista.

Un profesor de estética ve pasar por la otra acera a la misma Afrodita: melena hasta la cintura, generoso escote bajo la cazadora de piel de foca, minifalda de cuero, bolso de cocodrilo y botas altas azuladas de piel de delfín. Suena el móvil de la diosa y ésta se para en la calle para hablar con el intruso de las ondas... detrás de un árbol mórbidamente obeso. Increíblemente, cada vez que el profesor de estética da un paso para recuperar la perspectiva adecuada, la epifanía del estrógeno se mueve también dejando al monstruo botánico en medio. La visión que podría alegrarle este día gris, más hermosa que todas las ruinas aqueménidas, o incluso que todas las glorias aqueménidas cuando no eran asquerosas ruinas como ahora, se le niega. El profesor de estética decide pasarse a la acera de enfrente (topográfica, no genitalmente, hablando). Durante un instante, un autobús cubre el otro lado de la calle; para cuando nuestro personaje logra cruzar, Ella se ha desvanecido.

Aunque parezca mentira, todos estos episodios tienen un solo y único culpable: Murphy. Que una mariposa bata las alas en Nueva York y produzca un huracán en Hong Kong es una ley de la naturaleza. Que una tostada caiga siempre del lado de la mantequilla es una maldición satánica. El culpable de esta maldición: Murphy. Ya era hora de que se tomasen medidas contra él. Los primeros mandatarios de los países cibilizados (esto es, los que ya lo eran antes de la Alianza de las Cibilizaciones) han declarado a Murphy el terrorista más buscado de la Tierra. Osama Bin Laden versión 2.0 (2025) ha presentado una protesta en la Oficina Central de Búsquedas y Capturas negándose a ceder el codiciado título (¡alabado sea el profeta y su bragueta!). El Big Clown americano, el Zar de todas las Rusias (y alguna más) y un tipo muy Maduro que cree que hay 5 puntos cardinales se han reunido en Uagadugú (capital de Burkina Faso... como no podía ser menos con semejante nombre) bajo las bendiciones del papa Pálpatin XVI para discutir la estrategia que libre a la humanidad de Murphy para siempre. Desafortunadamente, la suma de los tres imponentes cerebros carece de la masa crítica (gris) necesaria para dar lugar a la perentoria idea.

Nadie lo ha visto nunca, nadie sabe la cara que tiene... incluso “Murphy” podría no ser más que un alias. Sin embargo, el hombre más buscado de la tierra, cubierto por un pasamontañas y delante de su estandarte gris con el emblema de la tostada caída por el lado de la mantequilla, ha lanzado un mensaje en vídeo pidiendo que todos los pesimistas, nihilistas, cubistas, dadaístas, escépticos y ex-cépticos, existencialistas, decepcionistas (no confundid edta palabda con una pdonunciación eddónea de “decepcionistas”) y meontologistas se unan a su cruzada. (Nadie hubiese sabido quiénes o qué son los “meontologistas” si Murphy no tuviese la facultad de hablar con notas a pie de texto, por lo que el público ha podido enterarse de que se trata de una rama del terrorismo filosófico internacional, “los defensores de la doctrina del no-ser”). Murphy ha asegurado que la suya es una cruzada contra las corporaciones, las multinacionales, los lobbies y, en resumen, contra todos los afortunados. “El infortunio”, ha dicho (cito textualmente), “es el principal factor democratizador en un mundo en que la risa y el buen humor constituyen un insulto contra la humanidad sufriente.”

Desde Nomansplace, capital de Nomansland, B.A. corresponsal de la F.A.N (Fuck Again News) informa.