Fedro Desencadenado

En una película de Ang Lee llena de fuerza y poesía, Cabalga con el Diablo, un muchacho que asiste a una boda en los albores de la guerra civil norteamericana comenta, displicente, que no sabe a qué viene tanta polémica con la cuestión abolicionista, cuando hay tanto hombre y mujer blancos dispuestos a someterse a la esclavitud del matrimonio. Setenta años antes del momento en que se sitúa esa irreverente descripción del tálamo, Blake componía en los suburbios de Londres Visiones de las Hijas de Albión, donde denuncia la intrínseca relación que existe entre la servidumbre afectiva y todas las formas de esclavitud a las que es tan proclive la criatura humana: racial, política, intelectual, espiritual...
Son ejemplos de un sentimiento que subscribo enteramente.
El modelo de relación afectiva monogámica, en sus diferentes versiones religiosa, civil y tácita, salvo pequeños casos aislados, es un desastre que lleva a todas las formas de hipocresía e incluso de violencia concebibles; la familia humana, salvo unos pocos casos contados, hace aguas por todas partes; y la idea de que la continuación de nuestra especie sea un bien universal es algo, cuando menos (y para decirlo suavemente), cuestionable.
Fedro Desencadenado explora de una forma entre seria y lúdica estos y otros temas de las (siempre complejas) relaciones afectivas humanas.
