El Exilio del Cisne

A pesar de que una parte considerable de la crítica contemple hoy a Edgar A. Poe como una figura menor del panteón literario universal, resulta difícil cuestionar su arte magistral del relato y le cabe el mérito de haber ejercido no desdeñable influencia sobre uno de los movimientos más apasionantes de toda la historia literaria: el Simbolismo. Charles Baudelaire lo consideraba un verdadero iluminado, le rendía una admiración tan franca como intensa, se esforzó en traducirlo, presentarlo y defenderlo ante el público francés, y se sentía pertenecer al mismo linaje literario que el escritor norteamericano: ¿Sabe usted por qué he traducido a Poe tan pacientemente? ‑escribe a T. Thoré el 20 de Junio de 1864‑ Porque se me parece. Valéry, en una carta a Gide, afirmó contundente que Poe es el único escritor impecable y que no yerra nunca. Villiers de l’Isle‑Adam aprendió de Poe su arte exquisito del cuento. Y Mallarmé, que forjó su propia poesía en la traducción de los poemas de Poe, dedicó al autor norteamericano uno de los sonetos quizá más hermosos y rotundos que se hayan escrito jamás.
